Libros

La Inquisición Española. Documentos básicos

Miguel Jiménez Monteserín

Universitat de València – LLACS. Université Paul-Valéry (Montpellier 3), 2020

Este libro se gestó y editó por primera vez hace ya cuarenta años, en una época de enormes incertidumbres y esperanzas, cuando la Inquisición española dejaba de ser un tema ideológico controvertido para animar la fecunda tarea investigadora de un buen número de historiadores jóvenes. En los archivos les aguardaban, casi del todo inéditos, innumerables papeles generados por el Santo Oficio y no eran muchas las guías que ayudaban a moverse entre ellos. Resultaba por ello útil dar a conocer, reunidos, los documentos básicos del quehacer inquisitorial a lo largo del tiempo. Un instrumento de trabajo al que acudir en la investigación y un material documental desde el que acercarse de primera mano y sin interpretaciones anacrónicas a una institución tan controvertida.

Es muchísimo lo que han avanzado desde entonces los estudios acerca del Santo Oficio, pero, como antaño, el libro pretende seguir ayudando a comprender la institución. Además de mejorar las transcripciones documentales incluidas en la primera, añadir y traducir, cuando ha sido preciso, algunos textos nuevos, se ha procurado en esta nueva edición aclarar palabras o conceptos, identificando las referencias implícitas o explícitas, de carácter teológico o jurídico, que se ofrecen para mejor acercar al interesado en el tema estos instrumentos, ampliando, con las de otros, el eco de su voz propia. [Editorial]  [Ficha]  [Índice]

Fortuna y expolio de una banca medieval: la familia Roís de Valencia (1417-1487)

Enrique Cruselles Gómez

Publicacions de la Universitat de València, 2019

 

El presente libro rescata del olvido la historia del banco más importante de la Valencia de finales del siglo XV, que mantuvo relaciones financieras con las grandes ciudades europeas y con empresas como el banco de los Medici. El estudio se organiza en dos épocas, articuladas en tres capítulos: 1) la instalación en Valencia del padre, Martí Ruiz, a principios de siglo (1417), una época en que la capital ejercía su influencia sobre un extenso territorio peninsular; 2) la internacionalización y reconversión empresarial del negocio familiar durante la dirección de los «hereus d’en Martí Roís», sus tres hijos varones, que llegaron a disfrutar de la condición aristocrática, y 3) el hundimiento, con la huida (1487) y la persecución inquisitorial, como resultado de su condición conversa, que permitió al Patrimonio Regio apropiarse de una parte significativa de sus activos financieros y su patrimonio. [Editorial]  [Ficha]  [Índice]

Conversos de la ciudad de valencia. El censo inquisitorial de 1506

José Mª Cruselles Gómez – Enrique Cruselles Gómez – José Bordes García

Institució Alfons el Magnànim – Diputació de València, 2015

En 1506 la Inquisición decidió identificar a todos los judeoconversos que vivían en la ciudad de Valencia. Los cabezas de familia fueron llamados a declarar ante el tribunal, recabándose de ellos información acerca de sus padres, hijos y hermanos, cónyuges y suegros, y de otras personas que pudieran tener en casa. Se les preguntó si habían confesado anteriormente crímenes contra la fe, si se habían acogido a los tiempos de gracia o habían sufrido condena. El resultado de tales pesquisas se conserva actualmente entre los legajos del Archivo Histórico Nacional de Madrid, y recoge varios centenares de familias ordenadas por distritos parroquiales. Allí encontramos a los descendientes de quienes se convirtieron al cristianismo tras el programo de 1391, estragados por veinte años de persecución y su largo rosario de penitencias, cárceles, confiscaciones y hogueras. Comparecen asimismo los que, frente al decreto de expulsión de 1492, eligieron convertirse antes que marchar al exilio, y que luego abandonaron sus tierras aragonesas o castellanas para emigrar a una ciudad populosa donde la mácula pudiera pasar inadvertida. Unos y otros alimentaron en las décadas siguientes una maquinaria represiva de la que este singular documento fue un engranaje más. Pero, con independencia del uso que la Inquisición pudiera darle, el censo de 1506 despliega ante nuestros ojos una imagen colectiva de aquellas víctimas propiciatorias de la razón de estado; una imagen abigarrada, compleja, en algunos casos borrosa, inmóvil en el tiempo como una colección de viejas fotografías familiares, que nos permite entrever la realidad cotidiana de un mundo que estaba a punto de desaparecer. [Editorial]  [Índice]

En el primer siglo de la Inquisición española. Fuentes documentales, procedimientos de análisis, experiencias de investigación

José Mª Cruselles (coord.)

Publicacions de la Universitat de València, 2013

En los tiempos inmediatos a su creación por los Reyes Católicos, el Santo Oficio de la Inquisición era un organismo poco articulado formal e institucionalmente, pero también muy dinámico, cuya capacidad de adaptación a las condiciones sociales y políticas de los diferentes lugares donde actuaba corría pareja a su antijudaísmo descarnado, a la violencia feroz de sus procedimientos y a una absoluta decisión de prevalecer frente a toda resistencia. Durante los siguientes cien años, evolucionó progresivamente hasta convertirse en una institución al borde mismo de la madurez, cuyos métodos se habían suavizado porque ya no se ponía en cuestión su existencia ni la legitimidad del control que ejercía sobre la sociedad. Por el camino fueron quedando las víctimas, sobre todo las dos grandes minorías religiosas, judíos y musulmanes, a quienes la conversión al cristianismo, voluntaria o forzosa, puso a los pies de los caballos; pero también esa concepción medieval de la autonomía política que hacía del foralismo un escudo frente a las injerencias del poder monárquico. Las fuentes documentales que permiten analizar esa evolución proceden tanto de los archivos inquisitoriales como de otros fondos regios, eclesiásticos, municipales o notariales. Sus características, las posibilidades que ofrecen a los historiadores y la manera en que las utilizamos, constituyen el eje en torno al que se disponen los trabajos recogidos en este volumen, cuyo objetivo último es compartir las experiencias que medievalistas y modernistas de España y Francia han recabado en un terreno de estudio, el de la primera Inquisición, para el que dichas fuentes documentales todavía hoy resultan en buena parte desconocidas. [Editorial]  [Índice]  [Dialnet]

Triunfo de la católica religión. El auto de fe de Cuenca de 1654

Miguel Jiménez Monteserín

Diputación Provincial de Cuenca, 2010

Entre las pruebas que avalan el éxito histórico alcanzado en su cometido por el tribunal del Santo Oficio de España se halla con toda seguridad la de su definitiva identificación universal con la ceremonia empleada para hacer públicas sus sentencias. Confirma la eficacia de tales métodos publicitarios que la impronta de su huella social haya quedado grabada de modo indeleble en la cultura vulgar, hasta el punto de que mucho más que el tan denostado secreto procesal y a un paso del supuesto monopolio de la Inquisición en el empleo del tormento como procedimiento judicial para la verificación de confesiones y testimonios, el auto de fe, con harta frecuencia confundido con la posterior ejecución en la hoguera de las penas capitales impuestas a los delincuentes relapsos o reincidentes aparecidos en él, se ha convertido para muchos extranjeros, y en bastantes casos también para ciertos hispanos poco versados en las cosas de nuestro pasado, en confuso sinónimo de actuación inquisitorial. Decir esto no trata en absoluto de sostener como argumento apologético de índole nacionalista en favor de la actuación inquisitorial la popularidad, al parecer incontestada, del auto entre las masas. Sin embargo, como espectáculo destinado a ellas, parece que tal ritual tuvo muy numerosos adeptos mientras la Inquisición apoyó sin fisuras al sistema político hispano que denominamos Monarquía Católica. Reside a nuestro juicio la fortuna del método en que el auto proporcionó lugar y circunstancia adecuados para introducir en las conciencias de los súbditos del monarca hispano y de sus vecinos, lo incuestionable de la eterna victoria sobre el error de la verdad religiosa en que se sustentaba su programa político, en cuya irrefutable prueba eran reiteradas tales ceremonias que intentaban expresar lo unánime del compromiso social en favor del catolicismo.